martes, 3 de marzo de 2015

Un paseo por Amberes

Hoy contamos con la colaboración de María Sainz, una joven estudiante del Máster de Periodismo de Viajes que imparte la Universidad Autónoma de Barcelona. En su blog Point Place podrás descubrir sus aventuras por el mundo. Hoy nos acerca a Amberes, una ciudad que descubrió casi por casualidad... Si continuáis leyendo, averiguaréis por qué... Muchas gracias, María, por compartir tus experiencias viajeras con el resto de lectores de adictosalosviajes.com.

Tras el enorme lío en el aeropuerto de Bruselas para comprar los tickets del tren debido a que la suerte nos hizo elegir una máquina sin opción de cambiar el idioma,  subimos al tren cargados con las maletas y al bajar del mismo y salir de la estación en nuestra llegada a Amberes, no podía imaginarme todavía que me había equivocado de ciudad y, efectivamente, no estábamos en Bruselas. Nada se acercaba a las mil imágenes que había en mi cabeza de la capital belga, pero gracias a un maravilloso error debido al desconocimiento total de la lengua flamenca, acabamos vagando y descubriendo Amberes.
 
Catedral de Amberes
Catedral de Amberes
Tras esta experiencia, mi principal recomendación es que uno debe aprenderse determinados nombres y lugares básicos en la lengua del país; error de principiante lo reconozco. Pero si bien es verdad que la Antwerpen Centraal no era el centro de Bruselas, eso nos permitió ver la asombrosa Estación Central de Amberes, un edificio de piedra, con una estructura metálica y de vidrio obra del arquitecto belga Luis Delacenserie.
 
Estación central de Amberes
Estación central de Amberes
Amberes es una hermosa ciudad situada al norte de Bélgica que presume de haber sido el hogar del pintor Rubens durante el desarrollo de la mayor parte de su carrera. Pero no sólo presume de eso sino que también lo hace de río (el Escalda) y de tener el segundo puerto más importante de Europa.

Más allá de lo que presuman o no, de ser la ciudad de un gran pintor, de los diamantes o de la moda, lo que es innegable es la belleza de sus calles, especialmente de la zona central. Las calles que rodean a la Grote Markt, o Plaza Mayor, son una continua sucesión de edificios maravillosos, la mayoría de los cuales son antiguas casas gremiales que se remontan a los siglos XVI y XVII.
 
Grote Markt amberes
Grote Markt de Amberes
Y allí es donde llegamos tras recorrer las calles preguntándonos por qué nadie hablaba francés en Bruselas; sin saber que estábamos en una zona de habla flamenca. Evidentemente la Grote Markt no era la Grand Place por la que nosotros habíamos estado preguntando, pero este bonito error nos permitió conocer el centro histórico de la ciudad, callejear, o encontrarnos frente a frente con la maravillosa catedral gótica de Amberes que, como no podía ser de otra manera, alberga varias obras de Rubens.

Muy cerca de allí se puede visitar otra construcción religiosa, la iglesia deSan Carlos Borromeo que tiene la particularidad de conservar un antiguo mecanismo en el altar que permite intercambiar las pinturas que lo decoran.
 
castillo de Het Steen amberes
Castillo de Het Steen
Otro edificio que merece la pena visitar antes de irte de Amberes es el castillo de Het Steen, por varias razones: la primera es por la belleza no sólo del edificio sino también de las vistas al río de las que se puede disfrutar desde dentro. Otra es que fue propiedad de Rubens durante varios años. Finalmente, lo más curioso es la escultura de un pene de piedra que corona la puerta de entrada al castillo dedicada al dios escandinavo de la fertilidad y a la que, según las leyendas, iban las mujeres a pedirle quedarse embarazadas.

De vuelta a la Grote Markt, donde además de un buen puñado de casas gremiales, está el ayuntamiento de la ciudad, una preciosa construcción renacentista, encontramos la salvación en la oficina de turismo que nos descubrió el gran fallo cometido.
 
Ayuntamiento de Amberes
Ayuntamiento de Amberes

Recorrimos las calles del centro de vuelta a la estación, lamentando el error a la vez que agradeciéndolo porque no entraba en nuestro itinerario la visita a esa bonita ciudad belga. Tras caminar un rato, distinguimos por fin a lo lejos la Estación Central de Amberes, junto a una gran noria y al zoo de la ciudad, uno de los más antiguos y cuidados de mundo. Nuestro desvío terminaba y volvíamos a la ruta planeada, camino a Bruselas.


El autor

María estudió Comunicación Audiovisual y actualmente cursa un máster en Periodismo de Viajes. Es madrileña, aunque sólo porque lo dice su DNI porque su pasión es viajar y su sueño, vivir por el mundo, de un lugar a otro, conociendo cada rincón. Casi tan atraída como por viajar se siente por la cocina, por lo que las gastronomías del mundo le atraen especialmente y siempre que puede agarra el cucharón para llevar a su cocina los mejores sabores de todo el planeta.

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