Como ya viene siendo un clásico desde que vivo en Barcelona, la tarde de Reyes intenté escaparme del gentío que se congrega en el centro de la ciudad con motivo de la llegada de los Reyes Magos. Esa tarde no me gusta quedarme en casa, pero salir a ver la cabalgata no me llama tampoco mucho la atención, por lo que desde hace ya unos años me gusta alejarme del bullicio, yendo a lugares alternativos donde sé que apenas me voy a encontrar a gente.
Este año, decidí ir a pasear a la playa de la Barceloneta y de Sant Sebastià, una vez Sus Majestades se hubieran ido ya. Y así fue como, de camino allí, me encontré con otro de esos atardeceres que han conseguido dejarme con la boca abierta.
Fue en las inmediaciones de los muelles de la Barceloneta, junto al Passeig de Joan de Borbó. El cielo empezó a teñirse de un intenso color anaranjado que conforme pasaban los segundos iba adquiriendo otras tonalidades: azules, violetas, rosáceas... No duró mucho tiempo, pero la imagen quedó grabada en la retina.
Haciendo las fotos que comparto aquí, caí en la cuenta de que el año anterior había presenciado otra puesta de sol en el Tibidabo. Fue también una noche de Reyes. Pero, además, fue también un 5 de enero cuando dos años atrás vi otro atardecer impresionante en las Ramblas, junto al monumento de Colón.
Tras hacer estas fotos, continué mi camino hacia la playa de la Barceloneta. Paseando por allí, con una brisa fresca, pero lo justo como para no disuadirme de seguir caminando, podía oír los ecos de la ilusión de la gente que presenciaba la cabalgata de Reyes en las calles más céntricas de la ciudad condal. En mi caso, también estaba emocionado e ilusionado, ya que tenía en mi cámara y en mi recuerdo mi regalo: otro de los mejores atardeceres de Barcelona.
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C'est beauuuuu !!!
ResponderEliminarOuais, Isabelle! Très très beau! Quand tu viendras à Barcelone, on ira à la recherche d'un coucher de soleil de ce genre. Ça marche? :)
ResponderEliminarGros bisous!