Reflejos de Antigua Guatemala: dibujando en charcos de agua embarrada

A veces la belleza de las cosas está donde menos lo esperamos. A esta conclusión llegué durante mi visita a Antigua Guatemala.

Iglesia de la Merced, Antigua Guatemala

En este post, pocos datos voy a dar y pocas descripciones haré. Tan sólo dejaré hablar y expresarse a la fotografía, la otra forma que tengo, además de la palabra, de dibujar la realidad.

Arco de Santa Catalina, Antigua Guatemala

Había leído y releído hasta la saciedad que la Antigua es un lugar especial, una ciudad colonial con calles adoquinadas que ve la vida pasar bajo la atenta mirada del volcán de Agua. Una ciudad con numerosas ruinas de iglesias que han permanecido casi intactas desde aquel fatídico terremoto de 1773, que provocó el traslado de la capitalidad del país a la que hoy es Ciudad de Guatemala. Era consciente de que Antigua sería uno de esos lugares que se quedarían grabados en mi memoria. Y no me equivoqué. 

Mujeres con traje típico, Guatemala

Creía, como cuando visité la isla japonesa de Miyajima, que vería la ciudad en las condiciones ideales de temperatura, humedad y presión, pero me equivoqué, puesto que, tal y como me ocurrió en Japón y Cuba , mi viaje por Guatemala fue bastante pasado por agua. Sin embargo, lo que parecía que iba a aguar (nunca mejor dicho)  mi estancia en Antigua fue lo que me dio las imágenes más impactantes de la ciudad, aquellas que a día de hoy ya están grabadas en mi memoria. 

Arco de Santa Catalina, Antigua Guatemala

La lluvia me permitió fijarme en detalles que sin ella hubiera sido imposible percatarme. Me dejó observar una perspectiva distinta de las cosas, me permitió ver más allá de lo que realmente estaba viendo. Gracias a ella, pude dibujar la ciudad a base de reflejos. 

Palacio de los Capitanes, Antigua Guatemala

Palacio de los Capitanes, Antigua Guatemala

Contemplé una belleza diferente, efímera y cambiante, que nunca me hubiera podido imaginar encontrarla en lugares tan "aparentemente feos" como lo es un charco de agua embarrada. 

Ruinas de iglesia, Antigua Guatemala

Pero sí, un charco también puede ser bonito si lo ves desde el ángulo correcto.

Palacio de los Capitanes, Antigua Guatemala

Al igual que puede ser bella la típica gota que deja el vaso de limonada sobre la mesa de madera.

Iglesia de la Antigua Compañía de Jesús, Antigua Guatemala

En Antigua Guatemala aprendí a dibujar sobre algunos lienzos aparentemente feos.

Iglesia de la Merced, Antigua Guatemala

Cráter del volcán de Agua, Guatemala

El autor

José Luis es un andaluz afincado en Barcelona desde hace ya un tiempo. Su pasión es descubrir nuevas culturas, viajar y escribir. Por ello realizó estudios de traducción e interpretación, una forma bastante acertada de aunar estas tres aficiones. Se define como una persona inquieta y curiosa, adicto a los viajes y al chocolate y amante del deporte, sobre todo el tenis. Prefiere los lugares tranquilos y solitarios y los rincones por descubrir.