1910 km recorridos. 18 días. Un país de Centroamérica: Guatemala. Una región de México: Chiapas. Un viaje al otro lado del Atlántico que se presentaba como una aventura hacia lo desconocido. Hemos subido a un volcán, oído monos aulladores, escuchado el ruido ensordecedor de la selva al anochecer, aprendido a contar en lengua maya kaqchikel...Una experiencia directa al corazón de los mayas que se convirtió en un deleite para los sentidos: olor a tortitas de maíz, la dulce melodía de la marimba, los inquietantes ruidos producidos por las explosiones de volcanes, el sabor amargo del cacao, la impresionante visión de la selva a mis pies, el frescor de la lluvia tropical cayendo en mi piel… Cierro los ojos y me veo rodeado de volcanes, de casas coloniales, de iglesias destruidas por terremotos, de risas de adolescentes que pasan su rato de recreo en el Parque Central de Antigua Guatemala, del silencio junto a las aguas del lago Atitlán...
Amanecer silencioso en el lago Atitlán |
Estas no son más que algunas de las sensaciones que pude experimentar en este viaje que hice por Guatemala y México durante el mes de septiembre de 2013. La ruta que íbamos a realizar no estaba en absoluto definida. Sabíamos lo que queríamos ver y hacer, pero estábamos completamente abiertos a la improvisación. Lo único seguro era que íbamos a ir del Aeropuerto de La Aurora, en Ciudad de Guatemala, a Antigua Guatemala. Y a partir de allí, empezar a movernos.
Y así fue. Tras un viaje de 11 horas y media viajando desde Madrid a Ciudad de Guatemala a bordo de un avión A-340 de Iberia (llamado Agustina de Aragón) llegamos al aeropuerto de La Aurora de la capital guatemalteca. Allí cambiamos algunos euros a la moneda de Guatemala (los Quetzales) en una oficina de cambio que hay tras pasar el control de migración. La tasa de cambio no era muy buena, pero debíamos cambiar algo de dinero para pagar a Sergio, el chico con quien contratamos un transfer privado desde el aeropuerto a Antigua Guatemala, donde estableceríamos nuestra base en el país durante los próximos días.
Una vez en Antigua, fuimos al hostal que habíamos reservado desde España, la posada Juma Ocag, como habían hecho nuestros amigos y compañeros de quadernsdebitacola. Es un lugar, sencillo, ubicado cerca del mercado y a poco más de 5 minutos a pie del Parque Central de Antigua Guatemala. Dispone de agua caliente, agua potable gratis y una terracita (sin vistas) pero muy agradable.
Calle de Antigua Guatemala y volcán de Agua |
Antigua Guatemala es una ciudad tranquila y agradable, rodeada de volcanes y desde donde se pueden hacer excursiones a los alrededores, contratándolas directamente en hoteles, albergues y agencias de viaje que inundan la ciudad.
Nosotros fuimos al volcán de Pacaya, sin duda uno de los grandes momentos del viaje al poder escuchar el ruido de las explosiones que se producían cuando expulsaba rocas como si fueran confetis.
Volcán Pacaya arrojando rocas |
De Antigua Guatemala fuimos a Panajachel, puerta de entrada al lago Atitlán, el que dicen que es uno de los más bonitos del mundo (y con mucha razón). A las orillas del lago se levantan pequeños pueblecitos, algunos bajo la atenta mirada de los volcanes, comunicados entre sí por un servicio de barcas.
Aguas del lago Atitlán |
Nosotros nos alojamos en San Marcos La Laguna. En un principio, teníamos pensado pernoctar en otro pueblo situado a las faldas del volcán San Pedro, San Pedro La Laguna, pero al llegar y ver el ambiente decidimos cambiar de pueblo. San Pedro nos pareció un lugar frío, sin personalidad, algo que podríamos encontrar en cualquier parte del mundo. Tras esta impresión decidimos ir a San Marcos, donde nos alojamos en el Hostel San Marcos. Allí éramos los únicos españoles. El dueño, Paul, un cocinero londinense que había estado trabajando durante años en la Costa del Sol española, preparaba unos platos riquísimos (algunos con toques indios), aunque quizá un poco caros para los estándares de la zona.
Durante los días en San Marcos, el tiempo se empezó a complicar un poco, preludio de lo que se estaba formando en el océano Atlántico: la tormenta tropical Ingrid.
Tormenta sobre el lago Atitlán |
La noche anterior a nuestra salida de san Marcos diluvió mucho, lo que condicionó el viaje de Panajachel a San Cristóbal de las Casas, ciudad de México ubicada en la región de Chiapas. El viaje fue maratoniano, a pesar de ir en minivan contratada en agencia de viajes y no en transporte colectivo. Para llegar hasta La Mesilla, punto fronterizo entre Guatemala y México, tuvimos que atravesar parte de la Sierra de los Cuchumatanes. Muchos tramos de esta zona estaban anegados y colapsados por los derrumbes que habían provocado las lluvias de las últimas horas. Tras cruzar la frontera terrestre y pasar el control de migración en el lado mexicano, la carretera mejoró considerablemente.
Iglesia de Santo Domingo, San Cristóbal de las Casas (México) |
Al llegar a San Cristóbal nos dispusimos a buscar alojamiento junto a Lizbeth, una chica mexicana que había hecho el trayecto con nosotros. Tras mirar un par de sitios, que bien por no haber disponibilidad o por no gustarnos, caímos en el mismo lugar donde se alojaron previamente los chicos de Quadernsdebitacola: la Posada Yaxchilan, ubicada cerca de la Plaza Central. Las habitaciones son básicas, tienen agua caliente y televisión. Las habitaciones, distribuidas en dos plantas, se disponen en torno a un patio central.
Nuestra estancia en esta ciudad de Chiapas se vio muy condicionada por las lluvias, por lo que no pudimos hacer las excursiones que teníamos previstas en la región. La tormenta tropical Ingrid del Atlántico estaba cogiendo fuerza y se iba a convertir en huracán de forma inminente. Además, por el otro lado, en el océano Pacífico, estaba la tormenta tropical Manuel, que también acabó convirtiéndose en huracán, dejando varios muertos y zonas destruidas en México. En este punto llegamos a uno de los momentos decisivos del viaje. No sabíamos qué hacer muy bien. Nos sentíamos un poco atrapados. No teníamos claro si continuar hacia el norte (cosa que descartamos porque iríamos en paralelo a los dos huracanes), salir del país a alguna ciudad de Estados Unidos o Sudamérica (que descartamos también por el elevado precio del billete) o seguir con la ruta prevista: continuar hacia el este, visitar Palenque y cruzar de nuevo la frontera con Guatemala, esta vez por el norte, por la región de El Petén. Al final, tras informarnos en las agencias de viajes, preguntar en las estaciones de autobuses y mirar las predicciones meteorológicas decidimos que esta era la mejor opción. Así que nos fuimos en transporte público de San Cristóbal de las Casas a Palenque, atravesando montañas y montañas hasta llegar a la zona selvática de Palenque, donde nos recibió una sensación térmica de 49 grados centígrados, que contrastaba considerablemente con los 18-20 grados de San Cristóbal, una ciudad ubicada a 2113 metros de altitud.
El municipio de Palenque en sí no es gran cosa, es pequeño y muy caluroso, aunque sirve de base para visitar los atractivos de la zona, como las cascadas de agua azul o uno de los lugares más impresionantes que he visitado: la zona arqueológica de Palenque, donde tuve mi primer contacto directo con la cultura maya y la selva. En Palenque nos alojamos en la Posada Águila Real. Las habitaciones están equipadas con mosquitera, televisión y algunas tienen aire acondicionado.
Desde Palenque volvimos de nuevo a Guatemala en uno de los trayectos que, por diversas circunstancias, fue uno de los más tediosos y largos. El trayecto de Palenque a Frontera Corozal (en el lado mexicano) lo hicimos en una minivan turística. Después, tras pasar el control de migración, cruzamos en barca el río Usumacinta. En la otra orilla estaba Bethel, ya en Guatemala. Allí tuvimos que tomar otro bus (en este caso colectivo, si bien en la agencia no nos habían advertido de esto) que, tras pasar por el puesto de control migratorio de Guatemala, ubicado a unos 20 minutos de Bethel, nos llevó hasta Flores. El viaje fue largo, atravesamos casi 100 km de pistas de tierra e íbamos parando en numerosos poblados, pueblos y ciudades, donde se iba subiendo gente y más gente y más gente con niños (e incluso animalitos, como pollitos), hasta el punto de que había momentos en que parecía que no cabía ni un alfiler. Pues nos equivocábamos, porque siempre subía más gente.
Al llegar a Flores, tuvimos nuestro episodio desagradable del viaje, pero eso es una historia que contaré en otro post. Flores es la capital del departamento de El Petén. Se trata de una isla en medio del lago Petén Itzá que sirve como lanzadera a las ruinas arqueológicas de Tikal, una de las grandes ciudades del mundo maya.
Templo del Jaguar en las ruinas mayas de Tikal |
El hecho de encontrarse en medio de la selva y ver los templos mientras caía la noche (y un fuerte aguacero, ya que las lluvias no nos abandonaban) fue una de las experiencias que más han marcado el viaje por Guatemala. En Flores nos alojamos en el Hotel El Mirador del Lago, muy muy básico y caluroso, con hormiguitas por todos lados, y en el Hotel El Petén, nuestro capricho del viaje, con habitaciones muy bien cuidadas, agua potable en la habitación, televisión y unas vistas al lago impresionantes.
De allí, decidimos irnos de nuevo hasta Antigua para pasar los últimos días tranquilamente, descansando de todo y viviendo la vida cultural de la ciudad, por lo que tomamos un autobús de la compañía Línea Dorada que nos llevó a Ciudad de Guatemala. Desde allí tomamos una minivan turística hacia Antigua Guatemala.
Arco de Santa Catalina, Antigua Guatemala |
Durante estos días nos dedicamos a ir a proyecciones de películas en algunos locales y conciertos y teatros organizados por a Agencia de Cooperación Española en Antigua.
Y nuestro viaje por Guatemala y México llegó a su fin tal y como empezó: volviendo a ver a Sergio, quien nos llevó de nuevo al Aeropuerto de La Aurora en Ciudad de Guatemala.
Sobrevolando Guatemala |
Ruta del viaje a Guatemala y Chiapas
Distancias recorridas aproximadas
Aeropuerto de La Aurora (Ciudad de Guatemala) - Antigua Guatemala: 40km
Antigua - Volcán de Pacaya: 52 km
Volcán de Pacaya - Antigua: 52 km
Antigua - Panajachel: 79 km
Traslados por el Lago Atitlán: 40 km
Panajachel -San Cristóbal de las Casas: 400 km
San Cristóbal - Palenque: 213 km
Palenque - Frontera Corozal: 167 km
Frontera Corozal - Flores: 138 km
Flores - Tikal: 66 km
Tikal - Flores: 66 km
Flores - Ciudad de Guatemala: 490 km
Ciudad de Guatemala - Antigua: 40 km
Antigua - Aeropuerto de La Aurora (Ciudad de Guatemala): 40 km
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11 comentarios:
Qué bonito lo cuentas :) y qué pedazo de fotos.
Que buena publicación!!
Si ya teníamos ganas de conocer Guatemala con este pedazo de post sube mas la decisión de ir.
Muy buena información, espectaculares fotos.
Sabras que te hare miles de preguntas.
Un abrazo desde Las Palmas.
Patricia, muchas gracias! Me alegra de que te haya gustado!
Javier y Deborah, a ver si finalmente os decidís a visitar este trocito de Centroamérica! Pregunta todo lo que quieras. Intentaré dar respuesta a todo, jeje. Próximamente, más posts sobre el viaje.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios!
Impresionante! Me ha encantado!! Mi próximo viaje que sea contigo!! Granizado girl.
Granizado girl, realmente lo que vi era impresionante, jeje! A ver si hacemos coincidir las agendas y nos montamos un viajecillo, jeje!
Un saludo!
Hola Jose Luis! Muchas gracias por la mención, ya vemos que os gustaron los mismos lugares, alucinante Tikal con sus vistas de la selva! Volveríamos a Guatemala ahora mismo! Por cierto, magnífico post.
Amigos de Quaderns, no hay que agradecer nada, jeje! Vuestra avanzadilla nos orientó bastante en nuestro viaje por Guatemala. En todo momento fuisteis un referente importante.
Un abrazo!
¡Bellísimo! Porque un reflejo es una segunda oportunidad de disfrutar de la belleza,directo a los #tuitsfavoritos http://ow.ly/pLVxx
Gracias, @ahoratocaviajar!
Cierto! Los reflejos multiplican la belleza por 2...
Próximamente tendremos más reflejos en el blog, jeje!
Un saludo!
Muy buena información incluso para mí q vivo en ciudad de Guatemala, necesitaba información del trayecto de palenque a Flores, aunque en mi caso quiisiera realizarlo al revés, de Flores a Palenque .. Saludos
bonito viaje que he tenido la fortuna da realizar un par de ocasiones.
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