miércoles, 6 de noviembre de 2013

El síndrome de París

¿Alguna vez has tenido muchas expectativas al visitar un lugar y al llegar a destino te has dado cuenta de que todo lo que habías imaginado no tiene nada que ver con la realidad? Seguro que en más de una ocasión has experimentado esta sensación. Pero, ¿alguna vez esta desilusión ha sido tan severa que has sufrido alucinaciones, ansiedad, mareos y sentimientos de persecución o de hostilidad de los demás? Si es así, eres víctima del síndrome de París, un trastorno psicológico transitorio que se da por lo general en la capital francesa.
paris
París
Al parecer los principales afectados son turistas japoneses que esperan encontrarse una ciudad de cuento, una ciudad idealizada por lo que han visto en el cine, como en la película de Amélie, y que al llegar sienten cierta desesperación por los fuertes contrastes entre lo que imaginaban y la realidad parisina.

Ruidos, bullicio, problemas de comunicación por desconocimiento de la lengua francesa, dificultades para orientarse y recibir ayuda por parte de algunos parisinos... hacen que padezcan una especie de severo shock cultural, que incluso provoca la vuelta anticipada a Japón, su país de origen. Podríamos decir que estamos ante el caso contrario del síndrome de Stendhal o síndrome de Florencia, pero de eso ya hablaré en otro post.

El síndrome de París afecta a unos 20 turistas japoneses cada año. De hecho, la Embajada de Japón en París tiene una línea de servicio telefónico que está operativa las 24 horas del día para ayudar a los turistas que así lo necesiten.

El síndrome de París fue diagnosticado por primera vez en 1986 por Hiroaki Ota, un psiquiatra japonés afincado en París.

Y tú, ¿alguna vez has experimentado algo parecido?


El autor

José Luis es un andaluz afincado en Barcelona desde hace ya un tiempo. Su pasión es descubrir nuevas culturas, viajar y escribir. Por ello realizó estudios de traducción e interpretación, una forma bastante acertada de aunar estas tres aficiones. Se define como una persona inquieta y curiosa, adicto a los viajes y al chocolate y amante del deporte, sobre todo el tenis. Prefiere los lugares tranquilos y solitarios y los rincones por descubrir.

3 comentarios:

  1. Curioso, a mi me pasó al revés. Pensaba que no seria para tanto, y me acabó encantando! Eso es lo mejor, ir con pocas espectativas.
    http://itsebcblog.blogspot.com.es/

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  2. Sí, sí! Eider, ese es uno de los grandes dilemas al viajar: las expectativas que tengas... Realmente estas ideas preconcebidas nos pueden fastidiar el viaje!
    Gracias por el comentario!
    Un saludo!

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  3. A mi me paso todo lo contrario quede enamorada de Paris!!

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