¿Quién dijo que Jaén no tenía mar? La provincia de Jaén es un mar de olivos cuyas aguas llegan hasta Córdoba, Granada, Sevilla... Se extiende por Andalucía como el Mediterráneo lo hace por Italia, Grecia, Egipto o Turquía.
Cuando pienso en mi tierra, Villacarrillo, lo hago imaginando un barco formado por casas a cuyo mando se alza, altiva, su imponente Iglesia de la Asunción. Un barco que navega en una calma aparente entre las aguas verdes y ocres de este mar cuyos peces, las aceitunas, se dejan ver todos los años sobre la misma época.
No es de extrañar que cada vez que vuelvo al lugar que me vio nacer sienta un cosquilleo en el estómago, una emoción contenida, al ver estos paisajes a los que antes no prestaba apenas atención. Con este tema pasa como casi con todo. No te das cuenta de lo que tienes y no lo valoras hasta que lo pierdes o hasta que, por circunstancias, tienes que alejarte de ello.
Tampoco es de extrañar entonces que cada vez que dejo atrás mi tierra, siento como si algo de mí también se quedara con ella. Un algo que se queda allí, esperando, inmóvil, mi próximo regreso.
Saberse cerca de tu tierra por mucho que el tiempo y la distancia hagan mella... Que linda metáfora, donde gracias a tu poética mirada nos inmiscuyes en un mar propio. Gracias por compartir ese océano de creatividad que esconden tus entrañas.
ResponderEliminarAnónimo, por lo que dices, estoy seguro de que tú también tienes muuuucha creatividad y poesía dentro. Gracias a ti también por embellecer este apartadito de comentarios que tanto me gusta ;)
ResponderEliminarDentro de mi pequeñita alma han ido a parar los dos últimos párrafos. Precioso texto y más que compartida sensación.
ResponderEliminarOrgullosa de compartirla contigo.
Y mucho.
Gracias por escribir ésto.
:)
Emotiva reflexión que nos toca la fibra a todos los que vivimos lejos de nuestra tierra. Lo bueno es que en la lejanía la compartimos. Gracias por tus bonitas palabras sobre Andalucía!
ResponderEliminarEn realidad, las sensaciones que expuse en el post creo que son comunes a casi todos los que nos encontramos lejos de nuestra tierra. Gracias por vuestros comentarios ;)
ResponderEliminarInteresante apreciación melancólica de nuestra zona. Geniales todas tus descripciones de estos maravillosos parajes en donde nacimos, nos vieron crecer y,... lo que el destino nos depare.
ResponderEliminarLa tierra es la tierra, se esté donde se esté... preciosas palabras.
ResponderEliminarSentidas palabras para describir los sentimientos de quien se marcha de su tierra pero que, a su vez, mientras toma esa instantánea, ya espera poder cuanto antes regresar.
ResponderEliminarFui emigrante de los llamados de temporada y me es conocido ese relato por haberlo sentido en mi propia alma.
Hola Luis, muchas gracias por tu comentario. Ya veo que que las sensaciones son parecidas en todos.
ResponderEliminarUn saludo!
José Luis, habría que tener las venas secas, el corazón muerto y ausencia de alma, para no tener esa sensación de vértigo, de vacío, de dolor silencioso, de pena que atenaza tu garganta...
ResponderEliminarSaludos.
Después de leer algunas entradas más, he releído este post... ahora sabiendo quien eres. En su momento ya me pareciste un tipo genial y con mucha sensibilidad. Me alegra el haberte encontrado por aquí. Te deseo muchos éxitos.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Luis! Un placer recibir este tipo de comentarios.
ResponderEliminarEspero seguir escribiendo y contando mis historias por el mundo.
Un saludo!