Durante mi viaje por las Highlands de Escocia pude ver paisajes de ensueño, pero durante aquel paseo en barco por las turbias aguas del Loch Ness las extrañas sensaciones se unieron a la belleza del lugar. No me extraña que en estas aguas muchos crean haber avistado a Nessie, el famoso monstruo del lago Ness. El entorno, la lluvia, la niebla, el viento... la oscuridad de las aguas, la inmensidad del lago...
Aquel día, hubiera sido un día perfecto para conocer a Nessie. Evidentemente, el monstruito no apareció por allí, con la que estaba cayendo en la superficie, mejor quedarse bajo el agua del lago.
A pesar de no ver a Nessie, aún recuerdo como si siguiera estando allí el frío que lo envolvía todo, la niebla que se extendía por las laderas de las montañas hasta acariciar la superficie del lago, la peculiar oscuridad del agua... y aquel castillo en ruinas, que le daba un toque aún más misterioso a la escena.
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